El cuerpo humano, con su complejidad y su capacidad para enviar señales de alarma a través de los síntomas, sigue siendo un misterio en muchos aspectos. Un ejemplo enigmático de esto es el dolor de mandíbula, una dolencia que puede variar en intensidad desde una simple molestia hasta una severa agonía. Descifrar las causas de este tipo de dolor es un paso fundamental para su alivio y tratamiento. Así, uno puede empezar a preguntarse, ¿qué podría estar causando este dolor de mandíbula?

La anatomía de la mandíbula

Antes de adentrarnos en las posibles causas del dolor en la mandíbula, es esencial tener una comprensión básica de cómo es esta parte del cuerpo.

Pues bien, la mandíbula, también conocida como hueso mandibular, es una de las estructuras más importantes de la cabeza y el rostro. Su diseño único y su robusta constitución la convierten en una pieza clave de la anatomía humana, ya que es el único hueso móvil de la cabeza y desempeña un papel fundamental en funciones básicas como hablar, masticar y tragar alimentos.

Está compuesta por el hueso mandibular, las articulaciones temporomandibulares y una serie de músculos y ligamentos que ayudan a moverla. Cualquier trastorno o problema con estas partes puede ocasionar dolor de mandíbula.

Las principales causas del dolor de mandíbula

El dolor en la mandíbula puede tener diversas causas y afectar tanto a las estructuras óseas como a los tejidos blandos asociados. Una de las más frecuentes es el trastorno de la articulación temporomandibular (ATM), que es la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo.

El estrés, el bruxismo (rechinar de dientes) y la desalineación de la mandíbula contribuyen al mal funcionamiento de dicha articulación, provocando dolor y dificultad para abrir y cerrar la boca.

Además, las lesiones o traumatismos en la mandíbula, como golpes, accidentes o lesiones deportivas, también ocasionan dolor agudo en la mandíbula.

¿Y cómo se manifiesta el dolor de mandíbula?

Hay que entender que el dolor de mandíbula no siempre se manifiesta igual. Algunos experimentan una sensación constante e intensa, mientras que otros describen una molestia sorda y esporádica.

En ocasiones, el dolor se focaliza únicamente en un lado de la mandíbula, y en otros casos se extiende hacia áreas adyacentes, como el oído.

Este padecimiento puede asociarse a acciones como masticar o hablar, aunque también puede surgir sin razón aparente.

Así que como puedes ver, todas estas variaciones indican la amplia gama de posibles causas que hay detrás del dolor de mandíbula.

Dolor en la mandíbula y en el oído

La relación entre el dolor de mandíbula y el oído

Nuestra anatomía es un sistema intrincado y maravilloso donde un problema en una zona puede causar dolor en otra completamente distinta. Es el caso de la mandíbula y el oído, estructuras que comparten conexiones neurológicas y pueden transmitir sensaciones dolorosas de una a otra, fenómeno conocido como dolor referido.

Los trastornos de la articulación temporomandibular normalmente originan dolores tanto en la mandíbula como en el oído. De igual manera, las infecciones de oído pueden provocar una sensación dolorosa en la mandíbula. Comprender esta relación resulta esencial para identificar y tratar adecuadamente la fuente del dolor.

¿Por qué a veces solo hay dolor en un lado de la mandíbula?

Resulta curioso que, en ocasiones, el dolor de mandíbula se manifieste únicamente en un lado. Esta particularidad no es aleatoria y puede revelar información importante sobre la naturaleza del problema.

Por ejemplo, puede ser la consecuencia de una mala posición al dormir, una lesión muscular, o incluso un problema de la articulación temporomandibular (ATM). También habría otras causas como inflamación de los nervios, la presencia de cálculos salivales o una mordida desalineada. Pero para saberlo a ciencia cierta, lo mejor es que acudas a un dentista.

La ansiedad y su papel en el dolor de mandíbula

La ansiedad no solo tiene efectos psicológicos; también se manifiesta a través de síntomas físicos, como el dolor de mandíbula. La tensión constante y el estrés hacen que las personas aprieten la mandíbula o rechinen los dientes, actividades que a menudo ocurren durante el sueño y pasan desapercibidas. Estos hábitos generan una presión excesiva en la mandíbula, provocando dolor.

Técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, medicación serían útiles para gestionar el dolor de mandíbula vinculado a la ansiedad.

Otras causas del dolor de mandíbula

Más allá de lo que hemos discutido hasta ahora, existen otros motivos que podrían estar detrás de tu dolor de mandíbula. Problemas dentales como las caries, los abscesos o las enfermedades de las encías suelen provocar dolor en la mandíbula.

Distintas afecciones médicas, como la fibromialgia o algunos tipos de artritis, también lo producen. Y, aunque es raro, existen ciertas condiciones cardíacas que presentan dolor en la mandíbula como uno de sus síntomas.

Con todas estas posibilidades, es importante que si tienes un dolor persistente o severo en la mandíbula, busques atención médica. Solo un profesional de la salud como los que encontrarás en nuestra clínica dental en Málaga te ayudarán a descubrir cuál es la verdadera causa de tu dolor y guiarte hacia el mejor tratamiento posible. Contáctanos hoy mismo para programar una cita.

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