Los piercings en la boca han ganado popularidad en las últimas décadas como una forma de expresión personal y estilo. Sin embargo, antes de tomar la decisión de realizarse uno, es importante comprender los riesgos asociados y los cuidados necesarios que hay que tomar para evitar que este pequeño objeto de adorno nos acabe afectando.

¿Qué tipos de piercings de boca hay?

Piercing en el labio

Piercing en la lengua

El piercing de lengua es quizás el más popular en la boca. Consiste en perforar la lengua, usualmente en el centro, y colocar una barra o barbell que atraviese el agujero.

Piercing en el labio

El piercing de labio puede ser en diferentes partes: “labret«, que se sitúa justo debajo del labio inferior; o el “monroe”, que imita el lunar de Marilyn Monroe y se ubica en el labio superior. También puedes optar por el “smiley”, que se coloca en el frenillo del labio superior.

Piercing en la mejilla

Conocido como «dimple piercing«, este tipo de piercing se realiza en las mejillas, justo donde se suelen formar esos adorables hoyuelos que muchos tienen de forma natural.

¿Cuáles son los riesgos de los piercings en la boca?

Infecciones

Uno de los principales riesgos de los piercings orales son las infecciones. Nuestra boca es un entorno lleno de bacterias, lo que facilita que una perforación se infecte si no se cuida adecuadamente.

Además, la saliva puede diluir los agentes antibacterianos que usamos para limpiar el área, por lo que es fundamental seguir las indicaciones que nos digan los profesionales.

Daño dental y de encías

Los piercings de lengua y labio pueden causar daños en los dientes y encías si no se cuidan de forma correcta o si se juega constantemente con ellos. Provocan desgaste en el esmalte dental, fracturas, astillado de los dientes o, incluso, recesión de las encías. Hay que elegir una joya de calidad y evitar tocar el piercing para prevenir estos problemas.

Dificultades al hablar y comer

Durante los primeros días después de hacerte un piercing bucal, es normal experimentar molestias al hablar o comer. Es posible que sientas hinchazón e incluso un aumento en la producción de saliva. Sin embargo, estos síntomas suelen desaparecer en unos días, siempre y cuando sigas los cuidados recomendados.

Cuidados para mantener tu piercing en perfecto estado

Cuidados para mantener tu piercing en perfecto estado

Limpieza e higiene: la clave del éxito

La limpieza e higiene son fundamentales para evitar infecciones y facilitar la curación de tu piercing. Lava el área con agua tibia y jabón neutro sin alcohol ni fragancias, dos veces al día. También puedes usar solución salina o enjuague bucal suave para limpiar la zona después de comer y antes de dormir.

Evitar el consumo de ciertos alimentos y bebidas

Durante el proceso de cicatrización, hay que evitar alimentos picantes, muy calientes o ácidos, así como el consumo de alcohol y tabaco. Estas sustancias pueden irritar la perforación y retrasar el proceso de curación. Opta por alimentos suaves y fríos como yogur, helado o purés, especialmente durante los primeros días.

No tocar ni jugar con el piercing

Evita tocar el piercing con las manos, a menos que estés limpiando la zona y te hayas desinfectado previamente. Jugar con el piercing puede causar irritación, aumentar el riesgo de infecciones y provocar daños en diferentes lugares de la boca.

Cambiar la joyería por una más adecuada

Una vez que el agujero haya sanado, es aconsejable cambiar la joya inicial por una de mejor calidad. Esto ayudará a reducir el riesgo de daños. Si tienes dudas sobre cuál elegir, no te cortes y pregúntale directamente a tu perforador.

¡Auxilio! ¿Cómo curar un piercing infectado?

Si el piercing de tu boca se infecta, no entres en pánico. Lo primero que debes hacer es identificar si realmente está infectado o, por el contrario, es una simple irritación. Algunos signos de infección son enrojecimiento persistente, hinchazón, secreción de pus y mal olor. Si experimentas cualquiera de estos síntomas, deberías empezar a tomar medidas.

En primer lugar, no retires la joyería: Aunque parezca contradictorio, quitar el piercing puede empeorar la situación, ya que la perforación podría cerrarse y atrapar la infección en su interior.

A continuación, limpia la zona con regularidad. Lo ideal sería que aumentases la frecuencia de limpieza a 3 o 4 veces diarias, utilizando una solución salina o enjuague bucal sin alcohol.

Después, para aliviar la hinchazón y reducir el dolor, aplica compresas frías en la zona afectada durante 10-15 minutos varias veces al día.

Por último, consulta a un profesional. Si después de seguir estos consejos la infección no mejora en unos días, es importante que acudas al médico para recibir un tratamiento adecuado.

Un consejo final

Aunque los piercings en la boca pueden ser una forma interesante y atractiva de expresión personal, es importante sopesar los riesgos y complicaciones asociados antes de tomar una decisión. La realidad es que los piercings orales pueden causar daños a los dientes, encías y tejidos circundantes, aumentar el riesgo de infecciones y dificultar funciones básicas como masticar, tragar y hablar.

Si bien es posible minimizar algunos de estos riesgos con un cuidado y mantenimiento adecuados, la mejor opción para preservar la salud oral y general es evitar los piercings en la boca. En lugar de optar por una perforación oral, es fundamental enfocarse en mantener una higiene bucal adecuada, realizar visitas regulares al dentista y abordar cualquier problema dental de manera temprana. Al final del día, una sonrisa saludable y brillante es el mejor accesorio que uno puede lucir.

 

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