Es un día como cualquier otro. Estás frente al espejo, cepillándote los dientes, y de repente lo ves. Manchas rojas y blancas salpicando tu lengua. Inmediatamente, la mente se llena de preocupaciones, de preguntas, de dudas. Pero antes de que te dejes llevar por el pánico, respira hondo. A menudo, esas manchas son simplemente un fenómeno bastante común conocido como lengua geográfica. Si bien siempre es prudente estar atento a los cambios en nuestro cuerpo, no hay que caer en el alarmismo. En la mayoría de los casos, no es nada grave.

¿Qué es la lengua geográfica?

La lengua geográfica, cuyo nombre técnico es glositis migratoria benigna, es una condición benigna que afecta aproximadamente al 2% de la población. Es una de esas cosas peculiares de la vida que pueden presentarse en cualquier persona, sin importar la edad, desde los adultos hasta los más pequeños.

Si buscas fotos de lengua geográfica en Internet, verás que se caracteriza por la aparición de manchas o parches rojos y blancos en la lengua que pueden recordarte a un mapa, lo que explica el origen de su nombre.

Por suerte, la lengua geográfica no es una enfermedad que se pueda transmitir de persona a persona, no es un signo de algo más serio, y la mayoría de las veces no es nada de lo que debas preocuparte. De hecho, los médicos no tienen muy claro por qué sucede, pero se cree que puede estar relacionado con la genética o las respuestas al estrés. Si te interesa, aquí puedes leer más sobre cómo influye le estrés en la salud bucal.

¿Cómo sé si tengo lengua geográfica?

El indicador más claro de que tienes lengua geográfica son las propias manchas rojas y blancas en la lengua. Son como pequeñas islas que pueden cambiar de forma y de lugar de un día para otro, lo que puede hacer que tu lengua parezca diferente cada vez que la miras. A veces, las manchas pueden mostrarse muy brillantes, mientras que otras veces pueden ser más tenues.

Aunque generalmente no duele, algunas personas pueden experimentar una leve incomodidad o una sensación de ardor, especialmente al comer alimentos muy picantes, salados o ácidos. Sin embargo, aparte de eso, no deberías notar ningún otro síntoma.

¿Es necesario un tratamiento para la lengua geográfica?

En la mayoría de los casos, la lengua geográfica es una condición benigna y autolimitada, lo que significa que no requiere tratamiento. De hecho, suele desaparecer por sí sola después de un tiempo. De todas formas, si te molestan las manchas, si te causan incomodidad o si simplemente te preocupa su apariencia, hay algunas cosas que puedes hacer.

La primera y más simple medida es evitar los alimentos que te causen dolor. Los alimentos muy picantes, salados o ácidos pueden aumentar la sensación de ardor en la lengua. A veces, incluso los alimentos calientes pueden empeorar la sensación. Además, mantener una buena higiene bucal, cepillándote los dientes y la lengua regularmente, puede ayudarte a sentirte mejor.

Pero si, a pesar de todo, las manchas te causan mucho malestar, puedes hablar con tu médico o dentista. Pueden recetarte medicamentos tópicos para aliviar las molestias o aconsejarte sobre otros tratamientos que te podrían ayudar. Esto es válido tanto para adultos como para niños con lengua geográfica.

¿Y si no es lengua geográfica?

Es cierto que la lengua geográfica es una de las causas más comunes de manchas en la lengua, pero no es la única. Podría ser una simple irritación, una infección por hongos como la candidiasis oral, o incluso solo decoloración temporal debido a lo que has comido o bebido. Además, las manchas podrían ser causadas también por un traumatismo o por morderse la lengua.

Sin embargo, si las manchas persisten durante mucho tiempo, si están acompañadas de un dolor severo, si tienes dificultades para hablar, comer o tragar, o si notas cualquier otro síntoma que te preocupe, entonces definitivamente debes buscar atención médica. Aunque es muy raro, las manchas en la lengua pueden ser un signo de condiciones más serias.

Como siempre, lo mejor es estar alerta y no dudar en consultar a un profesional sanitario ante cualquier cambio en nuestro cuerpo que nos genere preocupación. Después de todo, ¡nuestra salud es lo más importante!

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