¿Qué tienen en común la diabetes, el uso prolongado de antibióticos y las prótesis dentales mal ajustadas? Pues así de primeras, aunque pueda parecer que no guardan relación, todas estas condiciones son factores desencadenantes de los hongos en la boca.
Y, es que, la candidiasis oral no discrimina, y cualquier desequilibrio en la flora bucal o en el sistema inmunológico favorece el crecimiento de Candida albicans, un hongo que normalmente vive en la boca en cantidades muy pequeñas. ¿Por qué a veces se descontrola? ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
¿Qué son los hongos en la boca?
La boca es un entorno complejo donde habitan miles de microorganismos, incluidos bacterias, virus y, por supuesto, hongos.
Uno de estos hongos, la Candida albicans, es responsable de una infección conocida como candidiasis oral o micosis bucal. En condiciones normales, la Candida no causa problemas, ya que las bacterias “buenas” y el sistema inmunológico la mantienen bajo control. Pero cuando el equilibrio se rompe, ya sea por una mala higiene, cambios en la dieta o un sistema inmune debilitado, este hongo crece de manera descontrolada y comienza a provocar síntomas.
La candidiasis oral se manifiesta en forma de lesiones blancas o amarillentas que suelen aparecer en la lengua, el paladar, las encías o el interior de las mejillas. Si bien puede afectar a cualquier persona, es especialmente común en niños, ancianos y personas con el sistema inmunológico comprometido.
¿Por qué salen estos hongos en la boca?
Existen muchas razones por las cuales la Candida puede proliferar en la boca. En este apartado vamos a revisar las causas más frecuentes para que puedas identificar si alguno de estos factores de riesgo podría estar afectándote:
Sistema inmunológico debilitado
El sistema inmunológico es la primera línea de defensa contra cualquier tipo de infección, incluidos los hongos en la boca. Si se encuentra debilitado, el cuerpo no puede hacer frente a la proliferación de Candida albicans, y es entonces cuando el hongo se multiplica sin control. Esto ocurre en personas con enfermedades como el VIH/SIDA, aquellos que han recibido tratamientos de quimioterapia o quienes toman medicamentos inmunosupresores.
Incluso el estrés crónico puede ser un factor de debilitamiento del sistema inmunológico, favoreciendo la aparición de hongos en la boca. De ahí la importancia de cuidar tu salud general y controlar el estrés para mantener una respuesta inmune fuerte.
Uso prolongado de antibióticos
Los antibióticos son grandes aliados contra las infecciones bacterianas, pero su uso prolongado puede afectar el equilibrio de microorganismos en la boca. Los antibióticos no solo eliminan las bacterias dañinas, sino también las que se encargan de mantener a la Candida bajo control. Como resultado, el hongo encuentra menos competencia y empieza a multiplicarse de manera excesiva, causando una infección.
Uso de prótesis dentales mal ajustadas
Las prótesis dentales que no se encajan correctamente o que no se limpian de manera adecuada también pueden ser un caldo de cultivo perfecto para los hongos. Las prótesis mal ajustadas crean áreas de irritación y acumulan restos de alimentos, lo cual contribuye a que la Candida se asiente y prolifere. Además, la falta de oxigenación en las áreas cubiertas por la prótesis crea un ambiente ideal para el crecimiento de hongos.
Diabetes
La diabetes es otro factor de riesgo importante para los hongos en la boca. Los niveles elevados de glucosa en la sangre no solo afectan el metabolismo general del cuerpo, sino que también incrementan la cantidad de azúcar en la saliva. Esta mayor concentración de azúcar crea el entorno perfecto para que la Candida crezca y cause una infección. Si tienes diabetes, mantener tus niveles de glucosa bajo control es fundamental para prevenir la candidiasis oral.
Mala higiene bucal
¿No te cepillas los dientes de forma regular o te saltas el uso de hilo dental? La falta de higiene bucal es una de las causas más frecuentes de hongos en la boca. Los restos de alimentos y la acumulación de placa proporcionan un entorno favorable para el crecimiento de microorganismos. Además, no cepillar la lengua y no limpiar bien las prótesis dentales (si las usas) incrementa aún más el riesgo de infección.
Cambios hormonales
Los cambios hormonales también pueden influir en el desarrollo de hongos bucales. Las mujeres, en particular, son más propensas a sufrir candidiasis oral durante el embarazo, la menopausia o al usar anticonceptivos hormonales, ya que los niveles fluctuantes de estrógenos pueden alterar el equilibrio natural de la cavidad bucal.
Xerostomía (boca seca)
La saliva ayuda a mantener el equilibrio de microorganismos en la boca, y cuando no se produce suficiente —lo que se conoce como boca seca o xerostomía—, aumenta el riesgo de que los hongos se multipliquen. La sequedad bucal puede ser debida al uso de ciertos medicamentos, la deshidratación o ciertas enfermedades. Así que procura beber la suficiente agua y mantén la boca hidratada.
Uso excesivo de enjuagues bucales
Aunque los enjuagues bucales son beneficiosos para mantener una buena higiene oral, su uso excesivo puede eliminar no solo las bacterias dañinas, sino también las “buenas” que controlan el crecimiento de la Candida. Es importante utilizarlos con moderación y siempre siguiendo las indicaciones de un profesional.
¿Cuáles son los principales síntomas de los hongos en la boca?
Pues como sucede con otras afecciones, los síntomas de la candidiasis oral varían enormemente de una persona a otra. No obstante, estos serían algunos de los que deben encender las alarmas si aparecen de manera persistente:
Manchas blancas o amarillentas en la boca
Las manchas blancas o amarillentas son uno de los signos más evidentes de una infección por hongos en la boca. Estas lesiones suelen aparecer en la lengua, el interior de las mejillas, el paladar e incluso en las encías. La Candida forma una capa gruesa y grumosa que, al rasparse con un cepillo o al intentar quitarla, puede sangrar ligeramente, dejando la zona enrojecida y con una sensación de quemazón. No se recomienda intentar eliminarlas sin la indicación de un profesional, ya que podría empeorar la situación.
Sensación de ardor o dolor en la boca
Otro síntoma muy característico es la sensación de ardor o dolor dentro de la cavidad bucal. Esta molestia se hace más intensa al comer alimentos muy calientes, ácidos o picantes, y en ocasiones llega a sentirse como si la lengua o las mejillas estuvieran “quemadas”. Además del dolor localizado, en algunos casos la sensación puede extenderse a la garganta, haciendo que hablar y tragar se conviertan en tareas incómodas.
Dificultad para tragar (disfagia)
Si la infección es más severa, puede extenderse desde la cavidad oral hasta la faringe y el esófago, causando lo que se conoce como candidiasis esofágica. Esta complicación se manifiesta con dificultad para tragar, dolor al hacerlo e incluso la sensación de que la comida se queda “atascada” en la garganta. Es un síntoma que no debe ser ignorado, ya que puede complicarse y hacer que la infección se propague aún más.
Sabor metálico o pérdida del gusto
Muchas personas con candidiasis oral informan de cambios en el gusto, que van desde la sensación de un sabor metálico o amargo persistente hasta una pérdida parcial o total del sentido del gusto. Dichas alteraciones afectan a la capacidad de disfrutar de la comida y pueden ser un indicio de que la infección está afectando las papilas gustativas.
Grietas y enrojecimiento en las comisuras de los labios
Cuando la infección se localiza en las comisuras de la boca, se forman una grietas rojas y dolorosas en la zona que reciben el nombre de queilitis angular. Esto hace que abrir la boca, hablar o incluso sonreír resulte doloroso. Si no se tratan, las grietas pueden agravarse, haciendo que la piel se agriete y cause pequeños sangrados. Este tipo de lesión es especialmente común en personas que usan prótesis dentales o tienen una mala alineación dental.
Enrojecimiento e hinchazón generalizada
Además de las manchas blancas, es posible que la candidiasis oral cause enrojecimiento e hinchazón de las áreas afectadas. Si la infección no se trata, el enrojecimiento puede intensificarse, generando una inflamación dolorosa que termina por afectar a la movilidad de la lengua y a otras partes de la boca, haciendo que tareas como hablar, comer e incluso lavarse los dientes se vuelvan difíciles.
Mal aliento persistente
Aunque no es un síntoma exclusivo de la candidiasis, el mal aliento o halitosis también es un signo indirecto de que algo no está bien. Cuando hay un crecimiento excesivo de hongos en la boca, el mal olor puede hacerse más notable debido a la acumulación de bacterias y a la inflamación de los tejidos.
¿Cómo se tratan los hongos en la boca?
El tratamiento para los hongos en la boca dependerá de la severidad de la infección y de la causa que la haya desencadenado. El enfoque más habitual es el uso de medicamentos antifúngicos, los cuales se presentan en diferentes formatos:
- Enjuagues bucales antifúngicos: Son útiles para las infecciones leves y se suelen utilizar varias veces al día durante una o dos semanas.
- Geles y cremas tópicas: Se aplican directamente sobre las lesiones y se absorben lentamente para combatir el hongo en áreas específicas.
- Pastillas antifúngicas: En los casos más severos o recurrentes, los médicos pueden recetar comprimidos antifúngicos que actúan desde el interior del cuerpo para eliminar la infección.
Además, hay otras medidas que se deben implementar para complementar el tratamiento, como dejar de fumar, llevar a cabo una buena higiene oral y seguir una alimentación saludable.
Como ves, son unas pautas muy fáciles de seguir. Con ellas, podrás prevenir eficazmente los hongos en la boca. ¡Y no olvides visitar a tu dentista regularmente para mantener todo bajo control!