El simple acto de respirar es algo que casi todos damos por sentado, hasta que se presenta de una manera atípica, especialmente en nuestros hijos. Cuando un niño respira predominantemente por la boca, surgen muchas preguntas: ¿Es normal? ¿Es perjudicial? ¿Qué podemos hacer al respecto? En este artículo nos sumergiremos en el complejo mundo de la respiración bucal en niños para intentar responder a esas y otras preguntas.

Causas de la respiración bucal en niños

La respiración bucal en niños no es simplemente un hábito que surge de casualidad; detrás de este comportamiento, a menudo encontramos diversas causas y factores que contribuyen a ello.

Entre los motivos más comunes se encuentran las obstrucciones nasales. Los tejidos situados en la parte posterior de la nariz (llamados adenoides), pueden inflamarse y bloquear parcial o totalmente las vías nasales, dificultando la respiración a través de la nariz.

De igual forma, las alergias, ya sean estacionales o crónicas, provocan una congestión nasal que vuelve incómoda o difícil la respiración nasal. Además, en algunos niños, una lesión o malformación puede desviar el tabique nasal, complicando la respiración por uno o ambos orificios.

Por otro lado, el uso prolongado del chupete, más allá de la edad recomendada, tiene el potencial de alterar la forma de la boca y la posición de los dientes, incentivando la respiración bucal. Lo mismo sucede con la succión del pulgar durante largos períodos.

Y, no menos importantes son las causas de origen estructural. A veces, el desarrollo anormal de los dientes o de la mandíbula limita el espacio en la boca y, por ende, complica la respiración nasal. También hay niños que nacen con vías respiratorias más estrechas o con otras anomalías que los hace más propensos a sufrir este problema.

Consecuencias de la respiración bucal en niños

Cuando un niño respira constantemente por la boca, la lengua no reposa en su posición natural contra el paladar.

Esta postura inadecuada lleva a una mala oclusión dental, además de modificar la forma del rostro, dando lugar a lo que se conoce como «cara de respirador bucal», caracterizada por labios separados, rostro alargado y mandíbula inferior retraída.

Más allá de los cambios físicos, la respiración bucal puede ser una barrera para un sueño reparador. Al no poder respirar adecuadamente por la nariz, algunos niños experimentan episodios de apnea del sueño, donde la respiración se detiene momentáneamente, provocando un sueño fragmentado. Este tipo de interrupciones afecta negativamente al rendimiento escolar y a la capacidad de concentración durante el día, debido a la falta de un descanso adecuado por la noche.

Asimismo, respirar por la boca es malo porque aumenta la vulnerabilidad a infecciones respiratorias. La nariz actúa como un filtro natural, capturando partículas y patógenos antes de que lleguen a los pulmones. Al hacerlo por la boca, se pierde esta primera línea de defensa, exponiendo a los niños a un mayor riesgo de enfermedades.

Por último, no puede dejarse de lado el impacto psicológico que todo esto puede tener en el niño. Aunque sean pequeños, son perfectamente conscientes del problema y, lamentablemente, pueden incluso llegar a convertirse en objeto de burlas debido al aspecto físico o al hecho de no respirar de la forma convencional.

Respirar por la boca en niños

Soluciones para la respiración bucal en niños

Afrontar y corregir la respiración bucal en niños es primordial para garantizar su bienestar y desarrollo. Para ello, existen diversas soluciones y enfoques terapéuticos que, en la mayoría de los casos, funcionan muy bien. Serían las siguientes:

Consulta con especialistas

La primera y principal medida es llevar al niño a una consulta con un otorrinolaringólogo o un pediatra. Estos profesionales pueden diagnosticar la causa que origina la respiración bucal y recomendar un tratamiento adecuado.

En caso de obstrucciones nasales, podrían ser necesarias intervenciones médicas, como la extirpación de adenoides.

Terapia miofuncional

Esta es una terapia que busca reeducar los músculos de la boca y la cara. Un terapeuta especializado enseñará al niño ejercicios específicos para fortalecer y coordinar los músculos relacionados con la respiración, masticación y deglución.

Entrenamiento de respiración

Enseñar al niño técnicas de respiración nasal es también de gran ayuda. Estaríamos hablando en este punto de ejercicios de conciencia sobre la respiración y técnicas que fomenten el uso de las vías nasales.

Tratamiento de alergias

Si las alergias son la causa de la congestión nasal, es esencial trabajar con un alergólogo para identificarlas y tratarlas, bien sea con medicamentos o con inmunoterapia.

Higiene nasal

El lavado nasal regular con soluciones salinas mantiene las vías nasales limpias y abiertas, facilitando así la respiración por la nariz.

Ortodoncia

Si la respiración bucal ha llevado a problemas dentales o deformaciones en la mandíbula, será necesario que se acuda a la consulta de un ortodoncista. Los aparatos y las férulas dentales ayudarán a corregir el crecimiento anormal de la mandíbula y alinearán correctamente los dientes.

Así pues, con la intervención adecuada, es posible corregir la respiración bucal en niños y garantizar que crezcan de la mejor manera posible (sin temor, por ejemplo, a padecer una deformación en la cara por respiración bucal).

Y, por supuesto, los mejores resultados se lograrán si se aborda el tema de manera temprana y se siguen las recomendaciones de los distintos profesionales de la salud.

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