¿Por qué algunas personas no tienen muelas del juicio? ¿Es esto un fenómeno reciente o ha ocurrido a lo largo de la historia? ¿Hay razones genéticas o evolutivas detrás de esta ausencia? En este artículo descubriremos las posibles razones detrás de la ausencia de muelas del juicio, sus implicaciones y cómo saber si uno es parte de este grupo.

¿Qué son las muelas del juicio?

Las muelas del juicio, también conocidas como terceros molares, son los últimos dientes en emerger.

Estos dientes se encuentran en la parte posterior de la boca, uno en cada cuadrante y, por lo general, aparecen entre los 17 y 25 años, una etapa de la vida en la que la mayoría de las personas han alcanzado la madurez dental. Su nombre proviene del hecho de que suelen aparecer en un momento en que los individuos son considerados lo suficientemente adultos para haber alcanzado cierto grado de «juicio» o madurez.

Históricamente, se cree que las muelas del juicio ayudaban a nuestros ancestros a masticar dietas basadas en alimentos crudos y fibrosos, como hojas, raíces y carnes crudas. Sin embargo, con la evolución de las dietas humanas hacia alimentos más blandos y el uso de utensilios, la función de estas muelas se ha vuelto menos necesaria, lo que podría explicar su ausencia progresiva en algunas poblaciones modernas.

¿Es normal no tener muelas del juicio?

Si bien para algunas personas el hecho de no tener muelas del juicio puede ser motivo de preocupación, la realidad es que el no tener estos terceros molares es algo completamente normal y que no tiene por qué ocasionar mayores complicaciones.

De hecho, estudios genéticos y antropológicos revelan que hasta un 25% de la población actual no desarrolla uno o más de estos molares. Esta variación es en parte hereditaria, lo que significa que, si tus padres no tienen muelas del juicio, es más probable que tú tampoco las desarrolles.

Además de la herencia genética, la evolución biológica ha jugado un papel crucial en la presencia de las muelas del juicio en los seres humanos modernos, ya que, al no ser tan necesarias en la actualidad, estas tienden a desaparecer.

Razones por las que las muelas del juicio no salen

Ya hemos mencionado de pasada los factores que hacen que las muelas del juicio no salgan, pero vamos a ver con mayor profundidad cada uno de ellos:

Genética:

La predisposición genética juega un papel decisivo en la presencia o ausencia de las muelas del juicio. Las investigaciones más recientes han identificado varios genes asociados con su desarrollo. Si estos genes están alterados o ausentes, es posible que las muelas del juicio no se formen.

Dicho rasgo puede ser heredado, lo que significa que en familias donde los padres no tienen muelas del juicio, los hijos tienen una probabilidad notablemente mayor de experimentar lo mismo.

Evolución:

A medida que la dieta humana ha evolucionado desde alimentos crudos y duros hacia opciones más blandas y procesadas, la necesidad de muelas adicionales para moler ha disminuido. Esta transformación dietética, combinada con el uso de herramientas para cortar y preparar alimentos, ha reducido la necesidad evolutiva de tener un tercer molar.

Como resultado, las mandíbulas humanas se han vuelto más pequeñas, dejando menos espacio para que estas muelas emerjan. Al haber menos hueco, las muelas del juicio tienen mayor dificultad para salir y por eso, en muchos casos no llegan ni a formarse.

Estas adaptaciones resaltan un interesante aspecto de la evolución humana y cómo nuestras estructuras físicas continúan adaptándose en respuesta a cambios en nuestro estilo de vida y nuestro entorno.

Desarrollo dental:

Incluso cuando las muelas del juicio están presentes genéticamente, pueden no salir debido a la falta de espacio en la mandíbula. Este fenómeno se conoce como muelas del juicio «impactadas», donde los dientes están presentes pero no pueden erupcionar a través de la encía debido a obstrucciones físicas. En muchos casos puede ocasionar dolor, aquí te explicamos qué hacer en caso de dolor.

Esto puede ser causado por una alineación incorrecta, donde las muelas del juicio crecen en ángulos que impiden su erupción normal, o simplemente porque la mandíbula es demasiado pequeña para acomodar más dientes.

¿Cómo saber si no tengo muelas del juicio?

Para saber si tienes o no muelas del juicio, los dentistas utilizamos varios métodos de diagnóstico. El más común es el examen clínico, durante el cual nuestro dentista en Málaga examina tu boca y encías para buscar signos visibles de las muelas del juicio.

Sin embargo, la manera más efectiva de confirmar la presencia o ausencia de muelas del juicio es mediante radiografías dentales, como las panorámicas. Estas imágenes proporcionan una vista completa de la mandíbula y permiten identificar si las muelas del juicio están presentes pero impactadas, o si simplemente no existen.

Radiografía muela del juicio

Además, también se pueden buscar otros signos que determinen si las muelas del juicio podrían causar problemas en el futuro como la falta de espacio en la mandíbula o posibles zonas de impactación (donde el diente no podría erupcionar de manera normal debido a la falta de espacio o su orientación).

Este diagnóstico temprano es fundamental ya que permite tomar ciertas decisiones que evitarán problemas más graves con el transcurso de los años. Por ejemplo, si se detecta que las muelas del juicio están impactadas y podrían causar complicaciones, se pueden planificar extracciones antes de que surjan.

Por otro lado, confirmar la ausencia de muelas del juicio puede ser un alivio para aquellos preocupados por posibles problemas futuros, permitiéndoles evitar tratamientos innecesarios y centrarse en otros aspectos de su salud dental.

¿Es necesario tener muelas del juicio?

La necesidad de tener muelas del juicio ha disminuido enormemente en la sociedad moderna, y su ausencia puede incluso considerarse ventajosa en muchos aspectos.

Por un lado, las muelas del juicio causan una variedad de problemas dentales cuando no tienen suficiente espacio para erupcionar correctamente. Estos problemas incluyen dolor, infecciones, inflamación de las encías y el desarrollo de quistes. Además, pueden provocar apiñamiento de los otros dientes, lo que desalinea la mordida y hace que sea necesario realizar un tratamiento ortodóncico.

Por otro parte, quienes no desarrollan muelas del juicio se ahorran los riesgos asociados con su extracción, como infecciones postoperatorias o complicaciones como la parestesia, una rara condición de daño nervioso. Además, la ausencia de estos molares elimina el riesgo de apiñamiento dental, lo que puede contribuir a una mejor salud oral general y reducir la necesidad de futuras intervenciones dentales costosas y complejas.

En resumen, aunque las muelas del juicio cumplían una función importante para nuestros ancestros, hoy en día, su presencia es menos necesaria y su ausencia puede ser beneficiosa para la mayoría de las personas. Sin embargo, siempre conviene consultar con un dentista para obtener un diagnóstico y asesoramiento personalizado sobre este tema.

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