A medida que los niños crecen, sus sonrisas revelan más que solo dientes primarios cayendo y permanentes emergiendo; pueden mostrar signos de problemas ortodóncicos como la mordida cruzada. Esta maloclusión, que afecta a un gran número de pequeños, tiene soluciones, siempre y cuando sea detectada y tratada a tiempo.

¿Qué es la mordida cruzada en niños?

La mordida cruzada es una maloclusión dental que se presenta cuando los dientes superiores no se alinean correctamente con los inferiores, llevando a que algunos de ellos estén más hacia adentro o hacia afuera de lo normal.

Esta anomalía puede ser de dos tipos: anterior o posterior. La mordida cruzada anterior se refiere a una malposición de los dientes frontales, mientras que la posterior se refiere a una incorrecta alineación de los dientes posteriores o molares.

Sin un tratamiento adecuado, esta condición puede llevar a complicaciones a largo plazo, como el desgaste dental anormal, problemas en la mandíbula y alteraciones en el desarrollo facial.

Identificación temprana de la mordida cruzada

Identificar una mordida cruzada a temprana edad es básico para garantizar un tratamiento efectivo y prevenir complicaciones futuras. Las señales más comunes en los niños incluyen dientes que no se alinean correctamente o una mandíbula que parece desplazada al morder.

Por eso, hay que prestar especial atención a las edades de 5 y 8 años, ya que es en estos periodos cuando el desarrollo dental y óseo se encuentra en pleno proceso.

Una detección temprana no solo facilita el tratamiento, sino que también puede reducir la duración y complejidad del mismo. Es por ello que como padres y cuidadores debemos estar atentos a cualquier irregularidad en la forma en la que muerden nuestros pequeños y consultar a un ortodoncista de confianza si se observan signos de mordida cruzada.

Tratamiento de la mordida cruzada en niños

Cuando nos enfrentamos a la mordida cruzada en niños, tratamos de adoptar un enfoque específico basado en la gravedad y el tipo de maloclusión presente. Los aparatos para mordida cruzada son las herramientas esenciales en esta batalla, ya que están diseñados para corregir la alineación inadecuada de los dientes y ayudar en el correcto desarrollo de la mandíbula.

Mordida cruzada en niños de 5 años

En el caso de niños de 5 años, el tratamiento tiende a centrarse en guiar el crecimiento de la mandíbula y corregir hábitos nocivos que puedan estar contribuyendo a la maloclusión. A menudo, se utilizan aparatos removibles que son más tolerables para los más pequeños y que se adaptan a la mezcla de dientes temporales y permanentes. El objetivo principal en esta etapa es sentar las bases para una mordida correcta y evitar la progresión del problema.

Mordida cruzada en niños de 8 años

Por otro lado, cuando se trata de niños de 8 años, el enfoque puede variar ligeramente. A esta edad, muchos dientes temporales ya se han caído y han sido reemplazados por los permanentes.

Los aparatos ortopédicos fijos, como los expandidores palatinos, suelen ser más comunes en estos casos. Estos dispositivos trabajan expandiendo el paladar y corrigiendo la mordida cruzada posterior, si está presente.

Además, la colaboración del niño es fundamental, ya que a esta edad ya pueden comprender la importancia del tratamiento y seguir las indicaciones del ortodoncista con mayor responsabilidad.

Mordida cruzada

Recomendaciones para padres

La salud dental de los niños es una responsabilidad conjunta entre los profesionales de la salud y los padres o cuidadores. Aunque el tratamiento ortodóntico es esencial, hay medidas preventivas y cuidados que pueden adoptarse desde casa para favorecer una correcta alineación dental.

Primero, es importante fomentar hábitos de higiene bucal desde una edad temprana. Esto no solo previene caries y otras enfermedades, sino que también familiariza al niño con la rutina dental, facilitando la adaptación a tratamientos más específicos en caso de ser necesarios.

También hay que tratar de evitar o corregir hábitos como la succión del pulgar, el uso prolongado del biberón o chupete, y otros comportamientos que pueden afectar la formación y alineación de los dientes. Además, las visitas periódicas al dentista no solo sirven para detectar la mordida cruzada, sino también para recibir asesoramiento sobre cómo mantener una salud bucal óptima en casa.

Por último, si un niño necesita un aparato para mordida cruzada, los padres deben involucrarse activamente en su cuidado y mantenimiento: asegurarse de que el dispositivo se limpie adecuadamente, se use de la manera indicada y que cualquier anomalía o molestia sea comunicada al ortodoncista lo antes posible.

Solo así, con la colaboración y compromiso de la familia, el tratamiento tendrá éxito.

Casos especiales y consideraciones adicionales

Mientras que muchas situaciones de mordida cruzada en niños pueden abordarse con los métodos tradicionales mencionados, existen casos especiales que requieren una atención más personalizada.

Algunos niños, por ejemplo, pueden tener alergias a ciertos materiales utilizados en los aparatos dentales, lo que obliga a buscar alternativas. Otros pueden tener problemas médicos o condiciones como el trastorno del espectro autista, que pueden complicar el proceso del tratamiento ortodóntico.

En tales circunstancias, es esencial una comunicación abierta y honesta entre los padres, el niño y el ortodoncista. El objetivo es encontrar un equilibrio entre la corrección de la mordida cruzada y las necesidades específicas del menor. Por ello, se debe ser paciente y estar dispuesto a adaptar el tratamiento según sea necesario.

Y, en último lugar, sería adecuado que la sociedad en general estuviera más informada sobre la mordida cruzada en niños. Esto facilitaría su detección temprana y aseguraría que más niños recibiesen el tratamiento que necesitan. Así que, si eres padre, maestro, cuidador o simplemente alguien interesado, comparte esta información. Juntos, podemos marcar una diferencia en la vida de muchos niños.

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