¿Sientes calambres al beber algo frío? Te explicamos por qué ocurre la hipersensibilidad dental y cómo curarla.
Vas a tomar un sorbo de agua fría. Es verano, hace calor. Pero en cuanto el líquido toca tus dientes… un calambre agudo te recorre la boca. En un instante, el placer se convierte en molestia.
La próxima vez, te lo pensarás dos veces antes de volver a beber.
Esto, que parece un detalle sin importancia, puede llegar a condicionar tu día a día. Y es un síntoma claro de lo que conocemos como hipersensibilidad dental.
¿Quieres entender por qué ocurre y cómo puedes tratarla? Desde nuestra clínica dental en Málaga te ayudamos a entenderlo.
¿Qué es la hipersensibilidad dental?
La hipersensibilidad dental es un dolor breve, agudo y localizado que aparece cuando el diente entra en contacto con determinados estímulos.
Lo más habitual es que se manifieste al tomar alimentos o bebidas muy frías —como agua helada o un helado—, pero también puede ocurrir con el calor, por ejemplo, al beber un café o una infusión. En otros casos, el desencadenante puede ser un alimento dulce, algo ácido o incluso la simple presión al cepillarse o al morder.
La sensación es muy característica: un pinchazo o calambre repentino que suele desaparecer en cuestión de segundos, pero que resulta muy incómodo mientras dura.
Cuando este tipo de molestia se repite con frecuencia, acaba condicionando nuestra rutina. Poco a poco, podemos dejar de disfrutar de ciertos alimentos, cepillarnos con más cuidado del necesario —dejando zonas mal higienizadas— o incluso sentir cierta ansiedad al anticipar el dolor.
Por eso es tan importante comprender qué hay detrás de este problema y saber cómo tratarlo de manera efectiva.
Causas de la hipersensibilidad dental
Lo primero que hay que entender es que el diente no debería doler al contacto con el frío, el calor o el dulce. Cuando lo hace, es porque la dentina (la capa interna del diente) ha quedado expuesta. Y la dentina tiene unos pequeños túbulos que conectan con el nervio dental. De ahí ese dolor tan característico.
Las razones que llevan a dicha exposición son las siguientes:
Cepillado agresivo
Uno de los motivos más frecuentes. Si usamos un cepillo demasiado duro o una técnica de cepillado incorrecta (por ejemplo, frotando con fuerza en horizontal), podemos desgastar el esmalte o retraer las encías, dejando la dentina al descubierto.
Retracción de encías
Con la edad o por enfermedades periodontales (como la gingivitis o la periodontitis), las encías pueden retraerse. Al hacerlo, dejan expuesta la raíz del diente, que no está protegida por esmalte, sino solo por una fina capa de cemento radicular. Y esta zona es mucho más sensible.
Desgaste del esmalte
El esmalte es la barrera protectora del diente. Si se desgasta por erosión (por ácidos en la dieta), por bruxismo (rechinar de dientes), por cepillado agresivo o por envejecimiento, la dentina queda más vulnerable.
Caries
Aunque mucha gente no lo sabe, la hipersensibilidad también puede ser un signo temprano de caries. Si una caries avanza hacia la dentina, puede provocar este dolor punzante ante ciertos estímulos. Por eso, si notas que la sensibilidad aparece de repente y en un solo diente, conviene revisarlo cuanto antes.
Tratamientos recomendados
La hipersensibilidad dental tiene tratamiento. Y en la mayoría de los casos, con muy buenos resultados. El enfoque dependerá de la causa concreta y del grado de sensibilidad.
Pastas desensibilizantes
Son el primer escalón del tratamiento. Estas pastas contienen principios activos (como el nitrato potásico o los fluoruros) que ayudan a bloquear los túbulos dentinarios o a reducir la respuesta nerviosa.
Eso sí: su efecto no es inmediato. Hay que usarlas de forma constante durante varias semanas para notar mejoría.
Tratamientos con flúor en clínica
Cuando la sensibilidad es más intensa, podemos aplicar en consulta gel o barniz de flúor concentrado sobre las zonas afectadas. El flúor refuerza el esmalte y ayuda a sellar los túbulos dentinarios. En muchos casos, basta con unas pocas aplicaciones para notar un gran alivio.
Selladores o resinas
Si hay zonas de desgaste más marcadas (por ejemplo, en el cuello del diente tras una retracción gingival), podemos aplicar resinas o selladores que protegen la superficie expuesta. Este es un tratamiento sencillo y muy efectivo en casos localizados.
Láser
En algunos casos, sobre todo cuando otras opciones no han funcionado, se puede utilizar terapia láser. El láser ayuda a desensibilizar la pulpa dental y a cerrar los túbulos dentinarios, reduciendo la sensibilidad.
No es el tratamiento más habitual, pero puede ser una buena opción en casos más resistentes.
Consejos para prevenirla o reducirla
Más allá de tratar la sensibilidad cuando ya aparece, hay muchas cosas que puedes hacer en tu día a día para prevenirla o reducirla.
Cuida tu técnica de cepillado
Evita cepillar con fuerza o con un cepillo de cerdas duras. Lo ideal es usar un cepillo suave o medio, y un movimiento suave y controlado, sin apretar.
Además, si usas pastas blanqueadoras, consúltalo con tu dentista: algunas son más abrasivas y pueden contribuir al desgaste.
Controla el bruxismo
Si aprietas o rechinas los dientes (bruxismo), el desgaste del esmalte será más rápido. En estos casos, suele ser recomendable usar una férula de descarga para proteger los dientes, sobre todo por la noche.
Cuidado con los alimentos ácidos
Bebidas carbonatadas, zumos de frutas cítricas, vinagre, yogures muy ácidos… todos estos productos pueden erosionar el esmalte si se consumen en exceso.
No se trata de evitarlos por completo, pero sí de moderar su consumo y de no cepillarte justo después de tomarlos (espera al menos 30 minutos para no dañar el esmalte reblandecido).
Mantén una buena salud de las encías
La retracción de encías es una de las principales causas de sensibilidad. Por eso es fundamental mantener una buena salud periodontal: higiene adecuada, limpiezas profesionales regulares, y acudir a revisión si notas sangrado, inflamación o cambios en la posición de las encías.
Cuándo acudir al dentista
Mucha gente piensa que la hipersensibilidad dental es algo “normal” y que hay que aguantarse.
Pero no es así. El dolor dental nunca es normal. Siempre indica que algo no está funcionando bien. Si notas que la sensibilidad persiste, que aumenta o que aparece en un solo diente de forma brusca, es importante que consultes. A veces detrás de la sensibilidad hay una caries incipiente, una fisura dental, un problema de encías o un desgaste que, si se detecta a tiempo, se puede tratar fácilmente.
Además, cuanto antes se intervenga, más sencillo será el tratamiento y mejor será el pronóstico. Por lo que, si te preocupa la sensibilidad o tienes dudas sobre cómo curarla de forma efectiva, no lo dejes pasar.
En Rubal Dental estaremos encantados de ayudarte a recuperar una sonrisa sana y sin dolor.
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