La corrección de la mordida no es sólo una cuestión estética, es una necesidad. Tanto en niños como en adultos, una mordida incorrecta puede conducir a problemas serios, desde dificultades en la masticación hasta complicaciones en la salud oral y general. En este artículo abordaremos los diferentes tipos de problemas de mordida, como la mordida cruzada y la mordida invertida, y cómo los aparatos específicos pueden ayudar a resolver estos desafíos en diferentes etapas de la vida.
La mordida y sus problemas
La mordida es la forma en que los dientes superiores e inferiores se alinean al cerrar la boca. Una mordida incorrecta, o maloclusión, ocurre cuando existe una desalineación o una forma anormal de encuentro entre estos.
Las maloclusiones pueden variar en tipo y gravedad, desde ligeras desviaciones hasta problemas severos que perjudican la salud y la calidad de vida.
Además, los problemas de mordida influyen en la forma y la estética de la cara, lo que afecta potencialmente la autoestima y la confianza, especialmente en niños y adolescentes. En los adultos, las consecuencias de no tratar estos problemas pueden ser aún más graves, incluyendo el riesgo de pérdida de dientes y el desarrollo de trastornos más severos en la mandíbula.
Por ello, es vital reconocer y tratar estos problemas de mordida lo antes posible. La intervención temprana no solo mejora la función y la apariencia de la dentadura, sino que también previene complicaciones a largo plazo.
Aparatos para corregir la mordida en niños
En un artículo anterior ya hablamos en profundidad sobre el tema de la mordida cruzada en niños, pero independientemente del tipo de problema que haya en esta articulación, el tratamiento temprano aquí resulta esencial, ya que se aprovechará el crecimiento natural para guiar el desarrollo adecuado de la mandíbula y los dientes.
Para ello, existen varios aparatos diseñados específicamente para corregir la mordida en la etapa infantil, y la elección depende del tipo de problema y de la edad del niño.
Uno de los aparatos más comunes es el expansor palatino, utilizado para tratar la mordida cruzada posterior. Este dispositivo se coloca en el paladar y aplica presión gradual para ensanchar el arco superior, permitiendo que los dientes superiores se alineen correctamente sobre los inferiores. Otro aparato utilizado sería el corrector de mordida, que se utiliza para tratar la sobremordida y la mordida abierta. Estos dispositivos pueden ser fijos o removibles y trabajan modificando la posición de la mandíbula.
Por otro lado, estarían los brackets, tanto tradicionales como estéticos, que, aunque se asocian comúnmente con la alineación de los dientes, también pueden ser muy efectivos en la corrección de problemas de mordida en niños. Los brackets se utilizan en conjunto con otros aparatos ortodónticos como los elásticos intermaxilares, que ayudan a ajustar la posición de las mandíbulas.
Aparatos para corregir la mordida en adultos
El tratamiento de los problemas de mordida en adultos presenta enfoques distintos en comparación con los niños. Si bien el proceso puede ser más lento debido a la menor plasticidad ósea, existen varias opciones efectivas para corregirla.
Los brackets, que pueden ser metálicos o estéticos (como los de cerámica o zafiro) también se usan aquí. Estos aparatos aplican una fuerza constante para mover los dientes gradualmente a su posición correcta, corrigiendo así la mordida. A menudo, se utilizan en combinación con otros dispositivos, como retenedores y aparatos funcionales, para ajustar la relación entre las mandíbulas.
Otra opción que cada vez está ganando más popularidad son los alineadores transparentes, como Invisalign. Estos son particularmente atractivos para los adultos, ya que son casi invisibles y removibles, lo que facilita la higiene oral y permite una mayor flexibilidad en la vida diaria. Los alineadores están diseñados a medida y se cambian cada pocas semanas para seguir moviendo los dientes hacia la posición deseada.
En casos de mordidas severamente desalineadas o problemas estructurales de la mandíbula, habría que recurrir a la cirugía ortognática. Este procedimiento implica una intervención quirúrgica para modificar la posición de los huesos de la mandíbula, y generalmente se combina con ortodoncia para optimizar los resultados.
Tratamientos específicos: mordida cruzada e invertida
El tratamiento de condiciones específicas como la mordida cruzada y la mordida invertida requiere un enfoque detallado y personalizado, tanto en niños como en adultos.
Mordida cruzada
La mordida cruzada puede ser anterior o posterior. La mordida cruzada anterior ocurre cuando los dientes frontales superiores muerden por detrás de los inferiores, mientras que la posterior implica que uno o más dientes posteriores superiores muerden por dentro de los inferiores. El tratamiento varía según la edad del paciente y la severidad del caso.
En niños, para tratar la mordida cruzada posterior se usan los expansores palatinos, mientras que en adultos, donde la expansión del paladar suele ser más complicada, se consideran opciones como brackets, alineadores transparentes o, en casos más severos, cirugía ortognática.
Mordida invertida
La mordida invertida, donde los dientes inferiores sobresalen por delante de los superiores, requiere un enfoque cuidadoso para reajustar la alineación. En niños, esto a menudo se trata con aparatos ortopédicos que modifican el crecimiento de la mandíbula. Los brackets también son efectivos, especialmente cuando se combinan con bandas elásticas intermaxilares para guiar la posición correcta de las mandíbulas.
En adultos, el tratamiento implica el uso de alineadores, aparatos ortodónticos fijos y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas. Estos tratamientos buscan no solo mejorar la apariencia de los dientes, sino también corregir las complicaciones funcionales asociadas con la mordida invertida, como problemas en la masticación y el habla.
No obstante, independientemente de cuál sea el problema en la mandíbula, contar con un ortodoncista experimentado como los que puedes encontrar en nuestra clínica, es clave para desarrollar un plan de tratamiento eficaz y adaptado a las necesidades individuales de cada paciente.
