Llegar al final de un tratamiento de ortodoncia es, sin duda, motivo de celebración. Después de meses, o incluso años, de brackets o alineadores invisibles, por fin puedes disfrutar de tu nueva sonrisa en todo su esplendor. Pero aquí es donde muchas personas se relajan demasiado y olvidan un paso crucial: los retenedores dentales. Estos pequeños aparatos son los que lograrán mantener tu sonrisa tal y como la dejaste al terminar el tratamiento.
En Rubal Dental, entendemos lo importante que es este paso y, por eso, queremos explicarte todo lo que necesitas saber sobre ellos, desde qué son y por qué los necesitas, hasta cómo cuidarlos adecuadamente.
¿Qué es un retenedor dental?
Un retenedor dental es un dispositivo que se utiliza después de un tratamiento de ortodoncia para mantener los dientes en su nueva posición. Puede ser removible o fijo, y su misión es asegurarse de que tu sonrisa se quede en su sitio.
¿Por qué es necesario? Porque, aunque no lo parezca, los dientes tienen memoria y tienden a moverse de vuelta a su posición original. Este fenómeno, conocido como “recidiva”, puede ocurrir si no se toman las medidas adecuadas.
Dicho de otra forma, sin un retenedor, los dientes pueden comenzar a moverse de nuevo y, antes de que te des cuenta, podrías perder parte de los resultados que tanto esfuerzo y tiempo te costó conseguir.
Tipos de retenedores dentales
Pasemos a hablar de los dos tipos principales de retenedores que hay, sus características y cuándo puede ser más conveniente usar uno u otro.
Retenedores removibles
Estos son los que puedes quitarte y ponerte cuando lo necesites. Tienen la ventaja de ser muy fáciles de usar y limpiar. Dentro de los removibles, encontramos:
- Retenedores Hawley: Quizás te suenen porque son los más clásicos. Tienen una base de acrílico que se adapta al paladar y un alambre que rodea los dientes delanteros. Son resistentes y permiten pequeños ajustes, lo que es genial si en el futuro necesitas una mínima corrección.
- Retenedores de plástico transparente: Si usaste alineadores invisibles, este tipo de retenedor te resultará familiar, ya que son muy similares. Están hechos a medida, son cómodos y prácticamente invisibles. Muchos los prefieren porque no se notan y se sienten bastante naturales en la boca.
Retenedores fijos
Los retenedores fijos (también conocidos como retenedores linguales), son tiras de alambre que se cementan en la parte posterior de los dientes, generalmente en los incisivos inferiores.
¿La ventaja? No tienes que acordarte de ponértelos o quitártelos, siempre están ahí. Son perfectos para personas que podrían olvidarse de usar un retenedor removible o para quienes necesitan una retención continua.
Eso sí, tener un retenedor fijo implica ser más cuidadoso con la higiene. Como está pegado en los dientes, puede acumular placa si no se limpia bien, así que es necesario prestar más atención al cepillado y al uso de hilo dental.
¿Para qué sirve un retenedor dental?
Después de un tratamiento de ortodoncia, los dientes y las encías aún están adaptándose a su nueva posición. Durante este período, es fácil que los dientes comiencen a moverse de nuevo porque tienen una especie de memoria por la que tienden a regresar a su lugar original y, además, los tejidos que los rodean todavía no están bien firmes para sujetarlos.
En esta situación es donde el retenedor hace su magia, conservando los dientes en su sitio y asegurando que todo el esfuerzo y tiempo invertido no se pierdan.
Pero eso no es todo. Usar un retenedor también te ayuda a mantener una mordida funcional y estable. Un diente fuera de lugar puede afectar la forma en que muerdes y, a largo plazo, provocar molestias, dificultad en la higiene bucal o incluso problemas en la articulación temporomandibular. Así que, más que un simple accesorio post-ortodoncia, el retenedor es un verdadero guardián de tu salud dental.
¿Cuándo se utilizan los retenedores dentales?
Los retenedores se colocan justo después de que se retiran los brackets o al terminar con los alineadores invisibles. Los primeros meses son críticos, ya que es cuando los dientes tienen más posibilidades de moverse. Por eso, lo normal es que tu ortodoncista te indique que los uses tanto de día como de noche, quitándotelos solo para comer o cepillarte los dientes.
A medida que pasa el tiempo, se puede reducir el uso a solo las noches. Pero, ojo, en algunos casos, los ortodoncistas recomiendan que el uso nocturno continúe de por vida para evitar movimientos indeseados. No suena tan mal si lo piensas: es un pequeño hábito que te garantiza una sonrisa alineada para siempre.
Cuidados y mantenimiento de los retenedores
Cuidar tu retenedor es tan importante como usarlo. Un retenedor limpio es un retenedor efectivo. Aquí tienes algunos consejos para mantenerlos en buen estado:
Cuidados de los retenedores removibles
- Limpieza diaria: Lávalos con agua tibia y un cepillo de dientes suave. Puedes usar jabón neutro o pastillas limpiadoras para una limpieza más profunda, pero evita las pastas dentales abrasivas porque pueden rayar el plástico.
- No uses calor extremo: El agua caliente puede deformar los retenedores de plástico, así que lávalos siempre con agua templada.
- Guárdalos en su estuche: Parece un consejo obvio, pero es sorprendente la cantidad de retenedores que se pierden o dañan porque se dejan al aire o envueltos en una servilleta.
Cuidados de los retenedores fijos
- Cepillado meticuloso: Presta especial atención al área donde el retenedor se encuentra con los dientes para evitar la acumulación de placa.
- Hilo dental e irrigadores bucales: Usar hilo dental o un irrigador bucal puede ayudarte a limpiar mejor entre los dientes y alrededor del retenedor.
- Evita alimentos duros o pegajosos: Esto es para evitar que el retenedor se despegue o se dañe.
Consejos para un buen uso
- Escucha a tu ortodoncista: Sigue sus indicaciones al pie de la letra. Si te dice que uses el retenedor todo el día, hazlo. Ellos conocen tu caso mejor que nadie.
- Sé constante: Puede que los retenedores sean incómodos al principio, pero es cuestión de acostumbrarse. Cuanto más los uses, más naturales se sentirán.
- No ignores las molestias: Si tu retenedor te hace daño o no se ajusta bien, no lo dejes pasar. Ve a tu ortodoncista para que haga los ajustes necesarios.
Recuerda, tu retenedor dental es tu gran aliado para disfrutar de una sonrisa perfecta por el resto de tu vida. ¡No dejes de usarlo!