“Si me pongo carillas dentales, ya no necesito ortodoncia, ¿no?”
Este tipo de frases las escuchamos muy a menudo en consulta. Y es normal: en redes sociales hay muchas imágenes de sonrisas perfectas con carillas, y no siempre se explica el proceso completo que hay detrás.
Lo cierto es que carillas dentales y ortodoncia no son tratamientos equivalentes, ni intercambiables. Cada uno cumple una función distinta y, según el caso, pueden complementarse… o no.
En este artículo te vamos a contar cuándo es imprescindible hacer ortodoncia antes de las carillas, cuándo puedes prescindir de ella y qué ventajas estéticas tiene cada opción. ¡Es hora de hablar con claridad!
Diferencias entre carillas dentales y ortodoncia
Antes de elegir por dónde empezar, hay que tener claro para qué sirve cada tratamiento.
La ortodoncia es un tratamiento funcional. Su objetivo es mover los dientes para colocarlos en su posición correcta. Se utiliza tanto para alinear los dientes como para corregir problemas de mordida. Da igual si es con brackets o con alineadores transparentes como Invisalign: el objetivo es el mismo.
Las carillas dentales, por otro lado, son un tratamiento estético. Se colocan sobre la superficie de los dientes para mejorar su apariencia. Sirven para cambiar el color, la forma o el tamaño de los dientes, y también para cerrar pequeños espacios.
Y aquí viene la clave: La ortodoncia transforma la posición. Las carillas transforman el aspecto.
Son tratamientos que se pueden combinar. Y, de hecho, cuando se usan juntos, los resultados pueden ser impresionantes. Pero el orden es importante.
¿Cuándo se recomienda hacer ortodoncia antes de las carillas?
Esta es la opción más habitual. Y también la más lógica en muchos casos.
Porque si tus dientes no están bien alineados o tienes problemas de mordida, colocar carillas directamente no solo puede dar un mal resultado estético, sino que puede comprometer la duración del tratamiento.
Vamos a ver los casos más claros en los que la ortodoncia debe ir primero.
Apiñamiento dental moderado o severo
Si los dientes están montados unos sobre otros o muy torcidos, no es buena idea colocar carillas directamente. Hacerlo obligaría a desgastar demasiado el esmalte natural para que la carilla quede “en línea” con los demás dientes.
Eso, además de ser poco conservador, puede dar lugar a una sonrisa poco natural. La ortodoncia permite colocar cada diente en su sitio y, después, rematar con carillas muy finas y prácticamente sin tallado.
Problemas de mordida (maloclusión)
¿Tienes sobremordida? ¿Mordida cruzada? ¿Mordida abierta?
Entonces necesitas ortodoncia sí o sí.
Las carillas no corrigen estos problemas funcionales. Y si se colocan sobre una mordida desequilibrada, pueden despegarse, fracturarse o desgastarse mucho antes de lo previsto.
Dientes desalineados en altura o con rotaciones
La posición ideal de cada diente no es solo cuestión de estar recto o no. También importa su altura, su inclinación, su rotación.
Si hay diferencias notables entre un diente y otro, la ortodoncia permite corregir esa base antes de trabajar la estética.
Necesidad de preservar al máximo la estructura dental
Hoy en día, la odontología moderna busca ser mínimamente invasiva. Y eso incluye evitar el tallado agresivo de los dientes siempre que sea posible.
Con ortodoncia previa, las carillas se colocan con un desgaste mínimo. En algunos casos, incluso sin tallado. Eso se traduce en dientes más sanos, sonrisas más duraderas y tratamientos más seguros.
Casos en los que se pueden colocar carillas directamente
Ahora bien, también hay muchos casos en los que no necesitas ortodoncia previa para conseguir una sonrisa espectacular con carillas.
Aquí lo importante es que el especialista valore correctamente tu caso. Porque si la base está bien, las carillas pueden hacer maravillas.
Vamos con los ejemplos más típicos.
Buena alineación y mordida funcional
Si tus dientes están alineados y tu mordida es estable, puedes ir directamente a por las carillas para mejorar aspectos estéticos como el color, la forma o el tamaño.
Aquí el trabajo se centra únicamente en la apariencia, no en la posición.
Diastemas (espacios entre dientes)
Los pequeños espacios entre dientes, especialmente en la zona frontal, se pueden cerrar perfectamente con carillas. De hecho, es uno de los tratamientos más comunes y agradecidos.
Eso sí, si los espacios son muy amplios o si afectan a la mordida, es posible que haya que combinarlo con ortodoncia.
Dientes fracturados, desgastados o con forma irregular
Las carillas pueden restaurar la armonía de una sonrisa en casos de dientes rotos, desgastados por el bruxismo o con formas poco estéticas.
En estas circunstancias, si no hay un problema de posición o mordida, las carillas por sí solas son más que suficientes.
Corrección de color resistente al blanqueamiento
Hay manchas dentales (por tetraciclinas, fluorosis o envejecimiento) que no se eliminan con blanqueamiento dental.
Aquí, las carillas son la mejor solución para lograr un blanco uniforme y duradero.
Necesidad de un cambio estético rápido
Hay pacientes que, por cuestiones personales o profesionales, necesitan un cambio radical en poco tiempo. En esos casos, si la mordida y la posición dental lo permiten, las carillas pueden ofrecer un “cambio de sonrisa” inmediato.
Pero insistimos: todo depende del diagnóstico previo.
¿Qué resultados estéticos se consiguen con cada opción?
Ahora sí, vamos a la parte más visual del asunto: ¿Cómo queda la sonrisa según el tratamiento que elijas?
Ortodoncia + carillas
Es la combinación ganadora cuando buscamos una transformación total. La ortodoncia alinea, las carillas perfeccionan.
El resultado es natural, simétrico, funcional y muy duradero
Además, se consigue con un tratamiento mucho más conservador para los dientes.
Solo carillas (sin ortodoncia)
Ideal para cambios rápidos y casos estéticos puntuales. El impacto visual puede ser inmediato, sobre todo si se combinan varias carillas.
El resultado también puede ser espectacular, pero solo si la base dental lo permite.
Si no se valora bien, se corre el riesgo de sobrecontornear los dientes, forzar la mordida o perder naturalidad en la sonrisa
Por eso, aunque esta opción es válida, siempre debe estar basada en un buen diagnóstico.
Carillas dentales vs ortodoncia: ¿hay que elegir?
Muchas veces se plantea esta cuestión como si hubiera que elegir: ¿Ortodoncia o carillas?
Pero la realidad es que no son tratamientos excluyentes. Al contrario: muchas veces se complementan perfectamente.
Lo importante es saber cuándo usar uno, cuándo usar el otro y cuándo combinarlos.
Y para eso necesitas la valoración de un equipo especializado que te diseñe un plan personalizado.
Conclusión: ¿qué te conviene a ti?
Llegamos a la gran pregunta: ¿Qué es mejor en tu caso concreto: ortodoncia antes o después de las carillas?
Pues depende. Como has visto, hay muchos factores en juego:
- Cómo están alineados tus dientes
- Qué tipo de mordida tienes
- Qué resultado estético estás buscando
- Cuánto tiempo y presupuesto puedes dedicar
- Qué expectativas tienes sobre el proceso
Por eso, en Rubal Dental no hacemos tratamientos genéricos.
Lo que hacemos es estudiar tu sonrisa con todo detalle: escaneado digital, fotografías, análisis facial y dental… Y con todo eso, diseñamos un plan que tenga sentido para ti.
Porque lo importante no es solo tener una sonrisa bonita. Lo importante es tener una sonrisa bonita, natural y saludable.
Cada sonrisa es diferente, y lo mejor es que te valoremos en persona.
Pide tu cita aquí y descubre qué tratamiento es el más adecuado para ti. Sin compromiso