Imagina esto: estás nervioso antes de una reunión importante y, sin darte cuenta, empiezas a morderte las uñas. Un gesto que parece inofensivo, ¿verdad? Pero lo que tal vez no sabes es que cada vez que tus dientes cortan una uña, están sufriendo un desgaste innecesario. Este hábito, conocido como onicofagia, no solo afecta tus manos; también puede provocar problemas graves en tus dientes y encías. En los siguientes apartados descubrirás por qué resulta tan perjudicial para la boca y qué puedes hacer para acabar con él de una vez por todas.
Morderse las uñas: un hábito más dañino de lo que parece
Morderse las uñas puede parecer algo inocente. Es una de esas cosas que hacemos sin pensar, como tamborilear con los dedos o masticar un bolígrafo. Pero lo cierto es que este hábito tiene implicaciones serias, especialmente para tu salud bucal.
Nuestros dientes están diseñados para masticar alimentos, no para cortar uñas. Este uso indebido genera una presión innecesaria que, con el tiempo, desgasta el esmalte dental, debilita los dientes y puede desencadenar una serie de problemas.
¿Te cuesta imaginar cómo algo tan pequeño puede tener un impacto tan grande? Piensa en esto: es como usar unas tijeras para abrir una lata; puede funcionar en el momento, pero las cuchillas acabarán dañadas. Lo mismo ocurre con tus dientes. Cada mordida que das para arrancar un trozo de uña está erosionando lentamente tu esmalte, comprometiendo con ello la salud de tu boca.
Consecuencias de morderse las uñas en tus dientes y boca
A continuación, te explicamos las principales consecuencias de esta mala costumbre:
Desgaste del esmalte
El esmalte dental es la capa más externa de los dientes y su principal defensa contra las caries y la sensibilidad. Aunque es increíblemente resistente, no es indestructible. Morderse las uñas repetidamente desgasta esta capa protectora, dejando los dientes más expuestos. El resultado puede ser sensibilidad al frío, al calor e incluso al aire.
Fracturas y microfisuras
La presión que ejerces al morder las uñas no es natural para los dientes. Con el tiempo, esta fuerza puede generar pequeñas grietas en el esmalte que, si no se tratan, dan lugar a fracturas más graves, las cuales requerirán tratamientos mucho más costosos como carillas, coronas o incluso endodoncias.
Problemas de alineación
Si estás usando brackets o has pasado por un tratamiento de ortodoncia, morderse las uñas puede deshacer parte de ese gran esfuerzo. La presión constante es capaz de mover los dientes de su posición original, afectando tanto la estética como la funcionalidad de la mordida. Incluso si no tienes brackets, este hábito puede alterar la alineación natural de tus dientes.
Riesgo de infecciones
Las uñas son un refugio para bacterias y gérmenes. Al morderlas, estás transfiriendo esos microorganismos directamente a tu boca, lo que aumenta el riesgo de infecciones en las encías, aftas y otros problemas bucales. Además, podrías provocar infecciones en las manos, ya que las pequeñas heridas que te haces al morder las uñas también pueden infectarse.
Dolor mandibular
Morderse las uñas puede parecer algo simple, pero en realidad implica un esfuerzo constante para tus dientes y mandíbula. Esta presión genera cierta tensión en la articulación temporomandibular (ATM), provocando dolores de cabeza, molestias al masticar e incluso problemas para abrir o cerrar la boca.
¿Cómo saber si tus dientes están sufriendo?
Es posible que no notes el daño de inmediato, pero tus dientes te enviarán señales de que algo no va bien. Aquí tienes algunos signos que podrían indicar que el hábito de morderte las uñas está afectando tu salud bucal:
- Bordes dentales irregulares o más cortos: Si tus dientes parecen desiguales o más pequeños de lo normal, el desgaste podría ser el culpable.
- Sensibilidad al frío o calor: Si una bebida helada o un sorbo de café caliente te causan molestias, es, sin duda, una señal de que el esmalte dental está comprometido.
- Dolor al masticar: Un cambio en la forma o la funcionalidad de tus dientes puede provocar molestias al comer.
Estos problemas no afectan únicamente a la parte estética de tu sonrisa, sino que también pueden complicar tareas diarias como masticar o hablar con claridad.
¿Cómo dejar de morderte las uñas?
Romper un hábito tan arraigado puede parecer difícil, pero no es imposible. Con un poco de fuerza de voluntad y las estrategias adecuadas, conseguirás dejar de morderte las uñas. Te damos también varios consejos prácticos que te ayudarán en el camino:
Mantén tus uñas cortas y bien cuidadas
Unas uñas cortas y bien limadas son menos tentadoras para morder. Además, el esfuerzo que dediques a cuidarlas te motivará a mantenerlas en buen estado.
Usa esmaltes de sabor amargo
Estos esmaltes están diseñados para disuadirte de morderte las uñas. Su sabor desagradable te hará pensar dos veces antes de llevar las manos a la boca.
Identifica los desencadenantes
El estrés, la ansiedad, el aburrimiento… ¿Qué te lleva a morderte las uñas? Identificar los momentos o situaciones que desencadenan el hábito es el primer paso para controlarlo. Una vez que los detectes, puedes buscar formas alternativas de lidiar con ellos, como técnicas de relajación o actividades que te mantengan ocupado.
Sustituye el hábito
En lugar de morderte las uñas, prueba con alternativas menos perjudiciales:
- Lleva contigo una pelota antiestrés para apretar en momentos de ansiedad.
- Masca chicle sin azúcar para mantener tu boca en movimiento..
- Manipula un objeto pequeño, como un llavero o un anillo de goma, para hacer que tus manos estén ocupadas.
Considera buscar apoyo profesional
Si el hábito persiste y te resulta difícil controlarlo, un psicólogo o terapeuta te ayudará a identificar la raíz del problema. La terapia cognitivo-conductual es especialmente eficaz para abordar este tipo de hábitos.
¿Y si tus dientes ya están dañados?
No te preocupes, nunca es demasiado tarde para reparar el daño. Si morderte las uñas ha dejado tus dientes desgastados, fracturados o desalineados, existen tratamientos odontológicos que pueden restaurar tanto su funcionalidad como su apariencia.
Reconstrucción dental
Carillas o resinas compuestas son ideales para reparar bordes desgastados o fracturados. Además de mejorar la estética, restauran la funcionalidad de tus dientes.
Férulas de descarga
Estos dispositivos protegen tus dientes mientras trabajas en dejar el hábito. También alivian la presión en la mandíbula, evitando molestias mayores.
Revisiones periódicas
Visitar al dentista regularmente es esencial para identificar problemas a tiempo. Un profesional como él puede evaluar el daño y ofrecer soluciones personalizadas.
Un último consejo…
Romper un hábito lleva tiempo, pero cada pequeño paso cuenta. Si morderte las uñas ha afectado tus dientes, no te culpes ni te sientas mal. Lo importante es que ahora tienes la información y las herramientas necesarias para cuidar tu salud bucal. En Rubal Dental, estamos aquí para ayudarte en cada paso del camino. ¡No dudes en contactarnos para una consulta!