Las carillas dentales, en los últimos años, han ganado terreno como uno de los procedimientos odontológicos más solicitados. La promesa de transformar sonrisas, corregir imperfecciones y brindar un aspecto renovado ha llevado a muchos a considerarlas como su primera opción. Sin embargo, con tanta popularidad, también vienen las dudas y preguntas: detrás de ese brillo y perfección, ¿cómo de duraderas son realmente? ¿Estamos invirtiendo en una solución a largo plazo o nos enfrentamos a un arreglo estético pasajero?

¿Qué son las carillas dentales?

Las carillas dentales, como comentamos en un anterior post de nuestro blog, son láminas delgadas, habitualmente hechas de porcelana o resina compuesta, diseñadas para cubrir la parte frontal de los dientes. Su propósito principal es mejorar la estética dental, corrigiendo problemas como dientes manchados, desgastados, rotos, desalineados o con espacios irregulares.

La colocación de estas pequeñas piezas es un procedimiento que, cuando se realiza correctamente, ofrece resultados sorprendentes y una sonrisa renovada durante un extenso período de tiempo.

Durabilidad de las carillas dentales

Uno de los aspectos más determinantes al considerar cualquier procedimiento estético es su durabilidad. En el caso de las carillas dentales, la principal duda de los pacientes es si estas son para siempre. Pues bien, la mayor o menor longevidad de las carillas dependerá en gran medida de los factores que detallamos a continuación:

Material:

Las carillas de porcelana tienden a tener una vida útil más larga en comparación con las de resina compuesta. La porcelana es resistente a las manchas, y su dureza se asemeja a la del esmalte dental.

Por otro lado, las carillas de resina, aunque son más flexibles, suelen ser propensas a desgastarse o teñirse con el tiempo.

Higiene oral:

Una buena higiene bucal no solo beneficia la salud de tus dientes, sino que también prolonga la vida de tus carillas. El cepillado regular, el uso de hilo dental y las visitas periódicas al dentista son esenciales para mantener las carillas en óptimas condiciones.

Hábitos personales:

Actividades como morder objetos duros, rechinar los dientes o usar los dientes como herramientas pueden dañar o desgastar las carillas prematuramente.

Técnica de colocación:

La habilidad y experiencia del dentista juegan un papel crucial. Una correcta preparación del diente y una adecuada adhesión de la carilla son fundamentales para garantizar su durabilidad.

Carillas dentales

Comparación entre diferentes materiales y su durabilidad

Las carillas de porcelana, con un cuidado adecuado, pueden durar entre 10 y 20 años. Su resistencia a las manchas y su capacidad para reflejar la luz de manera similar al esmalte dental natural las convierten en una opción realmente duradera a la par que estética.

Las carillas de resina compuesta, por otro lado, suelen tener una vida útil de 5 a 10 años. Aunque su duración puede ser menor, tienen la ventaja de ser más económicas y, en algunos casos, requieren menos preparación dental.

¿Se puede hacer un limado de las carillas dentales después de su colocación?

Las carillas dentales, ya sean de porcelana o de resina compuesta, pueden ser ajustadas tras su colocación. Sin embargo, las carillas de porcelana presentan una dificultad mayor a la hora de ser modificadas, no sólo debido a su rigidez, que aumenta el riesgo de daño, sino también porque cada vez que se ajustan o limpian, su resistencia y durabilidad a largo plazo pueden verse comprometidas. Por otro lado, las carillas de resina ofrecen una mayor facilidad de adaptación y ajuste.

Normalmente, los ajustes en las carillas se realizan cuando el paciente siente incomodidad, cuando hay una interferencia en la mordida o si existen bordes ásperos. Pero, a pesar de que existe esta posibilidad, sobra decir que cualquier modificación en ellas deberá ser llevada a cabo por un dentista con experiencia. Un manejo inadecuado podrá no solo dañar la carilla, sino también el diente que hay debajo.

Una vez hechos estos ajustes, se deberá concluir con un pulido cuidadoso para garantizar una superficie lisa, evitando complicaciones como la acumulación de placa o la irritación de tejidos cercanos.

¿Cada cuánto se cambian las carillas dentales?

Si bien hemos mencionado que las carillas pueden durar muchos años, existen circunstancias en las que es necesario reemplazarlas antes de alcanzar su vida útil promedio.

Desgaste y daño:

Aunque las carillas son resistentes, no son invulnerables. Pueden agrietarse, astillarse o desgastarse, especialmente si se exponen a fuerzas o hábitos inadecuados, como morder objetos duros o rechinar los dientes.

Decoloración o manchado:

Si bien las carillas de porcelana resisten las manchas con eficacia, las de resina tienden a decolorarse con el tiempo, especialmente si se consume regularmente café, té, vino o tabaco.

Retracción de las encías:

Con el paso del tiempo, las encías pueden retraerse, dejando expuesta una pequeña franja del diente no cubierta por la carilla, lo que podría afectar la estética del conjunto.

Problemas subyacentes:

Si surge una caries o algún otro problema dental en el diente que sostiene la carilla, puede ser necesario retirar y reemplazar la carilla para tratar el problema que hay de fondo.

Consejos para prolongar la vida útil de las carillas

La salud y estética de tus carillas dentales es una inversión que merece un cuidado consciente y continuo. Este se inicia con lo más básico: mantener una dieta balanceada. Al consumir alimentos saludables, no sólo estás fortaleciendo tu salud general, sino que también estás previniendo problemas bucales que podrían comprometer la durabilidad de tus carillas.

Pero no basta con la dieta también hay que ser cauteloso con ciertos actos aparentemente inofensivos como masticar hielo o usar los dientes como herramienta ya que pueden causar daños inadvertidos. Además, si tu vida cotidiana implica actividades de riesgo, como deportes de contacto o si eres propenso al bruxismo, considera seriamente el uso de protectores bucales como medida preventiva.

No obstante, todos estos esfuerzos serían en vano sin el seguimiento y apoyo profesional. Las visitas regulares al dentista son esenciales. Estas no solo promueven la salud bucal en su totalidad, sino que actúan como un control de calidad, detectando cualquier problema o desgaste en tus carillas a tiempo, garantizando así una sonrisa resplandeciente por más tiempo.

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