Implantes dentales. ¿Qué imagen evoca este término en tu mente? Para muchos, representa una segunda oportunidad, una solución innovadora y práctica para volver a disfrutar de la comida y la sonrisa con confianza. Este maravilloso producto de la odontología moderna ha cambiado vidas.

¿De qué están hechos los implantes dentales?

Los implantes dentales son pequeñas estructuras, generalmente en forma de tornillo, que se insertan en el hueso maxilar para reemplazar las raíces de los dientes perdidos. Estos implantes sirven como base para sostener las prótesis o coronas que reemplazan la parte visible del diente. Ahora bien, ¿de qué materiales están hechos estos pequeños dispositivos? Principalmente de dos: titanio y zirconio.

Estos materiales han sido seleccionados meticulosamente pensando en su durabilidad y biocompatibilidad, permitiendo que los implantes perduren y se integren perfectamente en nuestra anatomía.

Implante dental de titanio

Implantes de titanio: la elección ideal por su biocompatibilidad

Hablemos primero del titanio. Durante mucho tiempo, ha sido el material principal para los implantes dentales. No es una casualidad que el titanio sea la estrella indiscutible en este ámbito. Más del 95% de los implantes que se encuentran hoy en día en el mercado son aleaciones de titanio, y esto tiene todo el sentido del mundo si consideramos sus propiedades.

El titanio se lleva de maravilla con nuestro cuerpo. Sus características hacen que sea biocompatible, es decir, nuestro cuerpo no lo rechaza. Además, el titanio ha demostrado su valía a lo largo del tiempo, con una durabilidad que hace que los implantes puedan resistir el paso de los años y las demandas diarias que implica la masticación.

Al principio, los implantes dentales se fabricaban con titanio puro, pero con el tiempo se vio que su consistencia era demasiado blanda para las necesidades que se requieren en un diente de reemplazo. Por ello, se desarrolló una aleación de titanio, manteniendo las ventajas del titanio puro, pero proporcionando una mayor resistencia y durabilidad.

Implante dental de zirconio

Implantes de zirconio: una opción no metálica

Para quienes buscan una alternativa no metálica a los implantes de titanio, el zirconio se presenta como una opción cada vez más popular. Aunque el zirconio es un metal, en odontología se utiliza en forma de óxido de zirconio. Al combinar este óxido con otros componentes, se consigue un producto de aspecto blanco y opaco que se asemeja más a una cerámica que a un metal.

El zirconio, al igual que el titanio, es altamente biocompatible. Esto significa que se integra bien con el hueso y los tejidos bucales, minimizando la posibilidad de reacciones adversas. También comparte la durabilidad del titanio, aunque hay algunas diferencias notables que deberías conocer y que veremos en el siguiente punto.

Diferencias entre los sistemas de una y dos piezas

Los implantes de titanio son sistemas de dos piezas, es decir, el implante que reemplaza la raíz del diente se coloca primero, y después se le añade un poste o pilar que sostiene o fija las prótesis.

Esta división en dos partes ofrece una mayor versatilidad y flexibilidad, tanto en términos de opciones protésicas como de colocación quirúrgica. Por ejemplo, permite colocar prótesis cementadas o atornilladas sobre los implantes, lo que proporciona muchas más opciones a la hora de seleccionar el tratamiento que mejor se adapta.

Los implantes de zirconio, en cambio, son de una sola pieza. Esto significa que la raíz del implante y la pieza que sostiene la corona del diente (también conocida como pilar) forman una única estructura. Por lo tanto, las prótesis solo pueden cementarse, lo que quizás se convierta en una limitación para algunos pacientes.

¿Cuál es la mejor elección?

Llegados a este punto, es normal que te encuentres algo indeciso. Con la información en mano, la pregunta que flota en el aire es: ¿titanio o zirconio? ¿Qué material de implante dental será el mejor para mí? La respuesta a esta pregunta no es universal, ya que cada individuo es único y, por tanto, lo serán sus necesidades y circunstancias.

Para empezar, debes tener en cuenta tu historial médico. Aunque tanto el titanio como el zirconio son biocompatibles y se llevan bien con nuestro organismo, es posible que en casos muy concretos, como alergias o sensibilidades a los metales, puedas decantarte por uno u otro.

Tus preferencias personales también juegan un papel crucial en esta decisión. ¿Prefieres la apariencia del zirconio por su aspecto más parecido al de un diente natural? ¿O te resulta más atractiva la durabilidad y la versatilidad del titanio?

Por último, pero no menos importante, debes tener en cuenta tus necesidades específicas. Si, por ejemplo, necesitas un implante en una zona de difícil acceso o donde el hueso es más fino, uno de los dos materiales podría ser más adecuado.

En resumen, la elección entre titanio y zirconio no es una decisión que debas tomar a la ligera. Es una decisión que debe tomarse en consulta con tu dentista, quien conoce tu historia clínica y puede aconsejarte sobre la mejor opción para tu caso específico.

Materiales de los implantes dentales

Nuevos materiales en el horizonte

La odontología es un campo que siempre está avanzando. Cada año que pasa, los investigadores desarrollan nuevos materiales y tecnologías para mejorar la salud dental de los pacientes de todo el mundo. Y en el campo de los implantes dentales, esto no es una excepción.

Uno de los materiales más prometedores que están en desarrollo en estos momentos es el PEEK (poliéter éter cetona), un tipo de plástico resistente pero flexible. A diferencia del titanio y la zirconio, que son materiales rígidos, el PEEK tiene una cierta elasticidad que podría resultar beneficiosa en zonas donde el hueso es más suave o más delgado.

Además, el PEEK es completamente inerte, lo que significa que tiene una excelente biocompatibilidad. Esto hace que sea un material muy prometedor para su uso en implantes dentales, aunque aún es necesario llevar a cabo más investigaciones antes de que pueda utilizarse de forma generalizada.

Lo que sí es seguro es que el futuro de los implantes dentales es emocionante. Con la continua innovación y desarrollo de nuevos materiales, es probable que veamos aún más mejoras en los próximos años.

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