La odontología no para de avanzar. Cada año surgen nuevas herramientas que nos permiten diagnosticar mejor, tratar con mayor precisión y hacer que la experiencia en el sillón del dentista sea cada vez más cómoda.
En ese camino de innovación, uno de los grandes aliados que hemos incorporado en Rubal Dental es el láser dental. Si nunca habías oído hablar de él, o si te suena pero no tienes muy claro para qué sirve, te invitamos a que sigas leyendo para descubrirlo.
¿Qué es exactamente el láser dental?
Vale, suena a ciencia ficción, pero te prometemos que es muy fácil de entender.
El láser dental es, en realidad, una luz concentrada de alta energía que se puede aplicar con muchísima precisión sobre diferentes zonas de la boca: dientes, encías, mucosas… según el tipo de láser que se utilice.
¿Y qué conseguimos con eso? Pues tratar de forma más suave, más precisa y, en muchos casos, sin dolor. Es como si en lugar de usar herramientas “a lo bruto”, pudiéramos hacer el mismo trabajo (o incluso mejor) con una especie de bisturí de luz que respeta muchísimo el tejido sano.
En resumen: menos molestias, menos tiempo en el sillón y una recuperación mucho más rápida.
¿Para qué sirve el láser en odontología?
Aunque a veces se asocia con estética o blanqueamiento, lo cierto es que el láser en odontología se usa en un montón de tratamientos distintos. Y lo mejor de todo es que no es solo útil para el dentista: tú también notas la diferencia desde el primer momento.
Tratamiento de caries
Aquí el láser se luce. Literalmente. Porque una de las cosas que nos permite es detectar caries muy pequeñas, incluso antes de que se hagan visibles con una radiografía. Eso ya es una gran ventaja.
Pero además, también nos ayuda a eliminarlas. En lugar de usar la turbina tradicional (sí, esa que hace ruido y vibra), podemos eliminar el tejido dañado con el láser, sin tocar lo que está sano, y muchas veces sin necesidad de anestesia.
Para personas con miedo al torno o niños que vienen por primera vez, es una opción súper recomendable.
Encías: mucho más que una limpieza
Si tienes encías inflamadas, sangrado al cepillarte o te han dicho que tienes periodontitis, el láser puede ayudarte. Nos permite limpiar en profundidad esas bolsas que se forman entre el diente y la encía y eliminar las bacterias de forma mucho más eficaz que con los métodos tradicionales.
Además, como es muy preciso, no daña el tejido que está bien. Y eso se traduce en menos molestias, menos inflamación y una recuperación más rápida.
Cirugías más cómodas
Hay veces en las que hay que hacer pequeñas intervenciones en las encías o en la mucosa, como quitar un frenillo, tratar una lesión benigna o remodelar el contorno de las encías.
En esos casos, el láser es una maravilla. No solo corta con precisión, sino que al mismo tiempo sella los vasos sanguíneos. Resultado: casi nada de sangrado, menos riesgo de infección y una cicatrización más rápida.
Muchos pacientes salen de una cirugía con láser sin apenas notar que han pasado por quirófano.
Endodoncia más eficaz
Cuando hacemos una endodoncia (lo que se conoce como “matar el nervio”), es importantísimo desinfectar bien los conductos internos del diente. El problema es que hay zonas tan pequeñas y complejas que los instrumentos normales no siempre llegan.
El láser sí. Podemos llegar mucho más profundo y eliminar bacterias que, de otro modo, podrían quedar ahí y dar problemas más adelante. Es un plus de seguridad que mejora los resultados a largo plazo.
Blanqueamiento dental
Si buscas un blanqueamiento eficaz y rápido, el láser también tiene su lugar. Se utiliza para activar los productos blanqueadores, lo que hace que el tratamiento sea más rápido, sin necesidad de estar una hora con la boca abierta.
Además, al ser tan preciso, reduce el riesgo de sensibilidad dental. Así que si quieres una sonrisa más blanca sin pasar por un proceso largo o incómodo, esta puede ser una muy buena opción.
Sensibilidad dental y lesiones molestas
¿Notas pinchazos con el frío? ¿Te molesta el cepillado en alguna zona? ¿Te sale alguna llaga de vez en cuando? Pues el láser también puede ayudarte con eso.
Sirve para sellar esos pequeños túbulos que provocan la sensibilidad dental y también para tratar llagas, aftas o herpes, acelerando su curación y aliviando el dolor casi desde el primer día.
¿Y qué beneficios tiene el láser para ti?
Puede que todo esto suene técnico, pero lo que realmente importa es lo que tú notas. Y lo que vas a notar, si alguna vez recibes un tratamiento con láser, es esto:
- Menos dolor. Muchas veces no hace falta anestesia, o se usa muy poquita.
- Más comodidad. No hay vibraciones ni ruidos molestos.
- Recuperación más rápida. Menos inflamación, menos sangrado y una vuelta a la normalidad casi inmediata.
- Más precisión. Solo tratamos lo que hace falta, sin tocar lo que está bien.
- Menos estrés. Especialmente si te dan respeto las herramientas tradicionales del dentista.
Todo esto hace que la visita sea más fácil para ti y que los resultados sean mejores.
¿Lo usa todo el mundo?
No todos los dentistas trabajan con láser. Y no porque no sea útil, sino porque requiere una inversión en equipo y formación específica. En Rubal Dental llevamos tiempo apostando por esta tecnología porque creemos que marca una diferencia real, tanto en la forma en que trabajamos como en lo que tú sientes durante el tratamiento.
Eso sí, el láser no sirve para todo. Hay tratamientos en los que es perfecto, y otros en los que no aporta gran cosa. Lo importante es que podamos valorar tu caso y, si es posible usarlo, ofrecerte esa alternativa.
¿Te interesa saber más?
Si has llegado hasta aquí, seguramente ya no ves el láser dental como algo futurista, sino como una herramienta real que puede hacerte la vida un poco más fácil.
Y si te has quedado con dudas, o simplemente quieres saber si puede ayudarte en tu caso concreto, no tienes más que preguntarnos. En Rubal Dental estamos encantados de explicarte cómo funciona y cuándo lo utilizamos.
Pide tu cita en rubaldental.es o llámanos directamente.
Te lo contamos todo y, si quieres, te lo enseñamos en persona.
