Pocas cosas llaman tanto la atención como una mancha oscura en un diente o dientes negros. Puede ser una pequeña línea, un punto que aparece de repente o incluso un diente entero que pierde su color natural y se vuelve grisáceo o negro. A simple vista, la primera reacción suele ser de alarma: ¿será caries?, ¿es solo una mancha superficial?, ¿puede ser algo más grave?

En las siguientes líneas, te daremos la respuesta a todas esas preguntas.

Qué significa tener un diente negro

Cuando un diente se vuelve negro, no estamos hablando de un fenómeno único, sino de un signo con varias posibles explicaciones. En algunos casos, el color oscuro aparece como pequeñas manchas superficiales en el esmalte, visibles en varias piezas a la vez. En otros, es un solo diente el que empieza a oscurecerse de manera progresiva, pasando de un tono amarillento o gris a un color marrón e incluso negro.

Lo importante es entender que este cambio de color nunca es algo normal. Puede deberse a causas externas, como el consumo de café, té o tabaco, que tiñen el esmalte sin afectar al interior del diente. Pero también puede ser la consecuencia de un problema interno más serio, como una caries avanzada, una restauración deteriorada o la pérdida de vitalidad del nervio dental (necrosis pulpar).

En definitiva, un diente negro no siempre indica una enfermedad grave, pero sí es una señal de alerta. Lo importante es identificar qué lo ha provocado: si se trata de una simple pigmentación que puede solucionarse con una limpieza, o si el origen está dentro del diente y requiere un tratamiento más profundo.

Dientes negros

Causas de dientes negros en adultos

En la edad adulta, las manchas negras en los dientes aparecen por distintos motivos. Algunos son meramente estéticos y fáciles de resolver, pero otros requieren tratamiento odontológico para evitar complicaciones.

Pigmentaciones externas

El consumo habitual de café, té, vino tinto o refrescos oscuros tiñe lentamente el esmalte dental. El tabaco también es un gran responsable: la nicotina y el alquitrán se depositan en la superficie de los dientes y generan manchas que con el tiempo adquieren tonos parduzcos o negros.

Sarro acumulado

Cuando la placa bacteriana no se elimina correctamente, se calcifica y forma depósitos duros en los bordes de los dientes. El sarro comienza siendo amarillento, pero a medida que se mezcla con pigmentos externos puede oscurecerse y dar un aspecto ennegrecido a la sonrisa, sobre todo cerca de las encías.

Caries avanzada

Las caries empiezan como un pequeño punto blanquecino o marrón, pero al avanzar destruyen el esmalte y dejan cavidades oscuras que pueden parecer manchas negras. En fases más graves, la caries se extiende hacia la dentina y la pulpa, comprometiendo la vitalidad del diente.

Traumatismos

Un golpe fuerte en una pieza dental puede dañar los vasos sanguíneos internos. Aunque en el momento no se note nada, con el tiempo el diente cambia de color y puede volverse gris o negro. Es un signo de que el nervio ha sufrido daño, y en algunos casos desemboca en necrosis pulpar.

Restauraciones antiguas

Los empastes metálicos o amalgamas, frecuentes hace años, tienden a oscurecerse con el tiempo. Además, liberan partículas que pigmentan el esmalte alrededor, provocando que el diente adquiera un tono grisáceo o negro en la zona próxima a la restauración.

Necrosis pulpar

El caso más grave ocurre cuando el diente pierde su vitalidad. La necrosis pulpar (de la que ya hablamos en otro artículo) puede producirse por una caries profunda, un traumatismo o una pulpitis no tratada. El diente, al morir, adquiere un color más oscuro, y la infección puede extenderse a la raíz y al hueso.

Dientes negros en niños: qué tener en cuenta

En la infancia, la aparición de manchas negras en los dientes preocupa especialmente a los padres. Y aunque a veces son inofensivas, conviene revisarlas siempre.

Manchas cromógenas

Son líneas finas de color negro que aparecen cerca de la encía, especialmente en incisivos y molares. Están provocadas por bacterias que producen pigmentos oscuros, y aunque no son caries, resultan antiestéticas. Se eliminan fácilmente con una limpieza profesional.

Caries tempranas

Las caries en niños avanzan con rapidez. Una mancha pequeña puede convertirse en un diente negro en pocas semanas. Si no se trata, puede afectar al nervio y complicar el desarrollo del diente definitivo.

Traumatismos en dientes de leche

Caídas o golpes jugando son muy comunes en la infancia. Cuando un diente temporal recibe un traumatismo, puede necrosarse y volverse negro con el tiempo. En estos casos, el odontopediatra debe valorar si es necesario un tratamiento para evitar que afecte al diente permanente que está por salir.

Dientes negros

Cuándo sospechar de necrosis pulpar

No todas las manchas oscuras indican un problema grave, pero hay una señal que merece atención especial: cuando un solo diente cambia de color de manera progresiva y sin relación con café, tabaco u otros hábitos externos.

Ese oscurecimiento localizado es una pista de que la pulpa dental puede haber muerto. Tanto en adultos como en niños, un traumatismo antiguo o una caries profunda pueden derivar en necrosis pulpar. Aunque no siempre haya dolor, el cambio de color es motivo suficiente para acudir al dentista y realizar una radiografía.

Diagnóstico de los dientes negros

El primer paso es siempre la exploración clínica. El dentista identifica el tipo de mancha, su localización y evalúa si hay sarro, caries, restauraciones antiguas o signos de traumatismo.

Cuando se sospecha de necrosis pulpar o caries avanzada, se solicita una radiografía dental. La más utilizada es la periapical, que muestra con detalle la raíz y el hueso circundante. En casos complejos, se puede realizar una ortopantomografía para obtener una visión completa de la boca o incluso un TAC dental en 3D.

Las radiografías permiten confirmar si existe infección, pérdida de hueso o afectación del nervio. En los niños, también ayudan a valorar la relación entre un diente temporal dañado y el germen del definitivo.

Tratamientos según el origen de la mancha

El tratamiento varía en función de la causa:

  • Pigmentaciones externas: se eliminan con limpiezas profesionales o tratamientos de blanqueamiento dental.
  • Sarro: requiere una profilaxis realizada en clínica y, posteriormente, una higiene adecuada en casa para evitar que reaparezca.
  • Caries: se tratan eliminando el tejido afectado y reconstruyendo el diente con un empaste estético. Si la lesión alcanza la pulpa, es necesaria una endodoncia.
  • Traumatismos: según el daño interno, se puede optar por controles periódicos o por un tratamiento endodóntico si hay necrosis.
  • Restauraciones antiguas: pueden sustituirse por empastes de resina estética, más naturales y duraderos.
  • Necrosis pulpar: se trata mediante endodoncia, apicectomía o, en casos extremos, extracción y colocación de un implante dental.

Prevención en niños

La mejor forma de evitar los dientes negros en niños es la prevención. El cepillado debe comenzar desde la erupción del primer diente, con pasta fluorada adaptada a la edad. A partir de los 3 años, es recomendable que los padres supervisen el cepillado hasta que el niño adquiera la destreza suficiente.

Las visitas periódicas al odontopediatra, al menos cada seis meses, permiten detectar caries incipientes y manchas cromógenas antes de que avancen. También se pueden aplicar selladores en molares para protegerlos frente a la caries.

La dieta es otro pilar fundamental. Reducir el consumo de azúcares, zumos industriales y refrescos ayuda a prevenir la aparición de caries. Y en niños que practican deportes de contacto, el uso de protectores bucales reduce el riesgo de traumatismos.

Además de aplicar estas medias, es importante que si has notado un diente negro en ti o en tu hijo, no lo dejes pasar. Cuanto antes se actúe, más sencillo será el tratamiento y mejores los resultados.

Puedes pedir una cita para la prevención y solución de necrosis pulpar

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